Cuando los teléfonos móviles hicieron acto de presencia, muchos los vieron (de acuerdo, vimos) como el no va más del snobismo. Unos aparatos que sólo resultaban de utilidad a aquellos a los que hacían ganar dinero, ejecutivos, hombres de negocios etc. Con el tiempo alguien se dio cuenta que estos aparatos podían llegar al gran público, y que tan sólo hacía falta descubrir la funcionalidad estrella, esa que haría que millones de personas creyeran necesitar un terminal. Esa funcionalidad no fue llamar por teléfono (aunque resulte paradójico), sino los servicios de mensajería corta. Este servicio hizo que el teléfono móvil explotara como dispositivo de uso masivo. SMS fue sin duda la Killer App (aplicación definitiva en una traducción con muchas licencias) de la telefonía móvil. ¿A qué viene esto? A menudo tengo la sensación, respaldada por mi realidad cotidiana, de que los Pocket PCs (PDAs en general) aún no han encontrado ese “Killer App”. Si prestamos atención a nu...